Caperucita roja

Primera parte



Segunda parte




     El cuento "La caperucita roja" vuelve a tratar el tema de la desconfianza en las personas extrañas, la versión original de Perrault termina con un breve poema que plantea la moraleja que debe extraerse de la historia:

     “las muchachass no deben hacer caso del primero que se les acerque. Si lo hacen, no es de extrañar que el lobo las atrape y se las coma. En cuanto a los lobos podemos encontrarlos de diversas especies: entre ellos, los más amables son los más peligrosos, especialmente los que siguen a las jovencitas por la calle”.

     Caperucita sale voluntariamente de su hogar, no le asusta el mundo externo pero reconoce lo atractivo que puede ser este para ella. Y en esto precisamente radica el peligro. Si el mundo externo, más allá del hogar y de las tareas cotidianas, resulta demasiado seductor. Aquí muestra la doble desición, el hacer lo que a uno le gusta o lo que uno debe hacer.

     "La caperucita roja" pierde gran parte de su atractivo porque está muy claro que el lobo no es un animal de presa sino una metáfora.

     Estas simplificaciones y una moraleja planteada directamente convierten a este posible cuento de hadas en un cuento con moraleja que revela hasta el más mínimo detalle.