La naturaleza, teñida ahora por los colores del otoño, despierta un deseo de los niños por todo lo que se encuentra a su alrededor. Los niños preguntan, hablan, investigan, exploran, experimentan, y tratan de encontrar sentido a todo lo que se refiere al medio ambiente. Ante a esta inquietud y curiosidad de los niños, nosotros, padres y educadores, podemos satisfacerles realizando actividades que fomenten la exploración y la interacción con el entorno, y que estimulen a su autoestima, al diálogo, a la reflexión, afectividad, etc. Todo dentro de una labor educativa orientada a los intereses del niño y a su formación a través del juego y del placer en divertirse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario